En Venezuela el gobierno quiere tratar mejor a los animales que a los humanos

¿Quieres ser el gato de Maduro?

Después del asesinato de Monica Spear no podíamos pensar un un mejor acabose que el ridículo anuncio de hoy sobre la salud de los "animales en situación de calle". Sí, esto es el orwellianismo crónico que nos viene de Cuba y que ha penetrado profundamente la débil mente del chaburrato chavismo. Para rematar Maburro Maduro decidió fiscalizar los alimañas alimentos para perros y gatos lo que nos garantiza que serán tal vez mas baratos pero seguramente mas escamas escasos de lo que ya son.  Vemos ese fenómeno todo el tigre tiempo, la ultima vez en noviembre cuando desaparecieron los electrónicos de las tiendas.


Uno se pregunta si en verdad el gobierno está tan mal, tan afectado con el petardo de la inseguridad que le exploto tan violentamente esta semana que se guinda de lo que sea para distraer la atención.  Hasta Villeguitas le dio con eso de crear 6 clínicas veterinarias integrales cuando esos tipos son incapaces, INCAPACES, de mantener hospitales y centros integrales para humanos funcionado. ¿Que le van a dar a las mascotas allí? Y es que ademas el tipo se las da de cómico:

El ministro Villegas aseguró que no es posible que la única alternativa que tengan las personas “sea ir a una instancia privada, donde entra uno ladrando y salen 2 ladrando”.

Se copia, se pega en el blog y no se cree.  Y es que Villeguitas no es el único: el otro animal del gobierno, el potro Alvarez quiere hacer un "caninotón".

Pero parece que esa Misión Nevado viene con su lista Tascon ya incorporada. Aparentemente por ahora los animales en situación de calle que serán atendidos son perros y gatos. No se sabe todavía si serán atendidos zamuros, rabipelaos, y ratas, que también tienen que sobrevivir una difícil situación de calle comiendo la basura de Caracas. Tampoco se sabe si la Misión Vegetariano está lista para lanzarse, eliminado las costosas importaciones de pollo y carne para que paren de sufrir los animales de cría.

¡Que vaina este país, sinceramente!