Esta semana leí y oí cosas que me preocuparon mucho, cosas que indican una cierta resignación hacia el chantaje chavista de la sociedad, el "tatequieto" que se nos aplicó desde el 2003. Empezó con en el noticiero de Globovision cuando la periodista comento declaraciones de Capriles que "según el" las cosas no nadaban bien en Venezuela.
Ese según el me preocupa mucho porque se parece a la objetividad y imparcialidad que aplican algunos como Venevision, canal cuya ultima vez que sintonicé fue durante el pseudo debate de la primaria que me convenció una vez mas de la falta absoluta de seriedad del elenco de ese canal. ¿Como es posible que un periodista que vive en Venezuela pueda decir que según algún dirigente de la oposición las cosas no andan bien en Venezuela? ¿Será que ese periodista no padece de la inflación? ¿Será que ese periodista no sufre del toque de queda? ¿Será que ese periodista tiene un super carro que evita los huecos en las calles? ¿Será que ni el ni su familia se enferman?
Cualquier periodista que use "según el" en una apreciación de los comentarios de dirigente opuesto al régimen o está censurado o es chavista. Aunque cabe la opcion de que sea un pobre periodista, sin acceso a frases elementales de objetividad como "el ..... comentaba que ....." "el..... reiteraba que....."
Parecería que algunos opinadores piensan que le toca a la oposición bajar el tono. Me parece, como principio sano de toda democracia, que efectivamente se baje el tono de la polémica. Pero eso no puede ser a cambio de nada. Por ejemplo, la semana pasada estaba Manuel Felipe Sierra hablando con el Ciudadano. Los dos comentaban que el país había cambiado, que, según ellos, había signos de voluntad de cambio en el gobierno y que había que reconocer eso. Voy a aceptar la posibilidad que ellos vean algo que yo no veo, pero sin embargo están errados. ¿Por que? Vean por ejemplo la entrevista que Roberto Giusti tuvo que calarse con Ernesto Villegas. Escribo calarse porque dudo mucho que Roberto Giusti haya disfrutado el momento con el Goebbels de turno de la revolución.
Pues bien, ¿Como negociar con un gobierno cuya condición sine qua non es un reconocimiento automático por la oposición de Maduro como presidente legitimo? Es menester subrayar que Ernesto Villegas lo dice amparado por la indecisión crónica que afecta el TSJ cuando una decisión no puede ser favorable al gobierno.
Personalmente me parece sumamente peligroso tratar de apaciguar a un régimen que tiene lobos como Diosdado Cabello o la mismísima Cilia Flores que por no hablar en público estos días no le impide repartir con fuerza. Lo que el régimen esta buscando desesperadamente es compartir, y hasta atribuir lo mas posible del desastre que vivimos a la oposición; y que esta lo aceptase por un puñado de alcaldías seria fatal. Si hay una hora donde la reciedumbre es necesaria es esta. Se puede ser cortes con el régimen, se puede ofrecer dialogo para sacar el país de la crisis pero se tiene que ser firme y pedir algo preciso a cambio. No se puede bajo ningún pretexto dejar de decir que todo lo que padecemos hoy es culpa de Hugo, de todo lo que hizo desde el revocatorio.
Y esto se aplica desde El Ciudadano hasta Henrique Capriles.
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